Giovanni Improta e Pasquale Cozzolino, ambasciatori della Pizza in Cile (Ansa Cile)

(ANSA) – SANTIAGO DE CHILE, 20 NOV – Pasquale Cozzolino y Giovanni Improta, dos napolitanos que se conocen desde niños, competirán esta semana por quien cocina la mejor pizza napolitana en la primera Feria Mundial que se efectuará del 24 al 27 en Santiago.
Canal 13 de la televisión chilena recorrió seis ciudades para elegir al mejor ‘pizzaiolo’. El primer clasificado para la final fue Giovanni Improta, de la pizzería Al 22, quien sigue la tradición que inició en 1935 su abuelo, en la Via Pignasecca 22, en Nápoles. De niño, a este lugar iba a comer Pasquale pues sus papás le decían que allí se comía la verdadera pizza napolitana. Pasquale se fue a estudiar a Roma y se convirtió en el chef de los artistas a los que acompañaba durante sus giras, como Laura Pausini por Italia, y con Eros Ramazzotti recorrió el mundo: “Pero del aeropuerto al lugar donde se instalaba la cocina”. Siempre mirando el mundo, y como parte del sueño americano, se fue a Nueva York donde los migrantes italianos habían creado muchas pizzerías pero “americanizadas”, cuenta en diálogo con ANSA. De hecho, el furor de las cadenas de pizza llegó al norte de Italia. “Y esa no es la verdadera pizza napolitana, patrimonio de la humanidad”, aclara.
Relata que los primeros migrantes tenía el apuro de hacer dinero pero no la pasión de hacer la pizza, porque al “agua, harina, levadura, sal, hay que agregarle un quinto elemento: la pasión”. Explica que en la ciudad de los rascacielos encontró “casi todos” los elementos para hacer su plato y releva que su mayor aporte ha sido crear conciencia de que “no es lo mismo la pizza que tiene una tradición de 400 años y la de la cadena”. Con su propia experiencia, después de haber bajado 50 kilos en un año, demostró que la pizza no tenía por qué quedar fuera de la dieta. “La pizza napolitana no es comida chatarra”, defiende con pasión este hombre de casi dos metros que en seis años se ha ganado todos los premios y logró que el principal magazine publicara por primera vez la diferencia de su pizza con la americana. Ha ganado tres estrellas con su local Ribalta y desde los otros estados llaman ahora para aprender a cocinar, sobre todo la pizza con la que bajó tanto de peso. En Nápoles, desde muy chico, Giovanni Improta ayudó a hacer la pizza de La 22, denominado así por la numeración de la calle, que se ha convertido en una suerte de cábala y cuyo significado es “loco”.
Cuenta a ANSA que tanto desde el norte de Italia como de otros países llegan a su local a servirse “la vera pizza” y señala con orgullo que hasta en Japón existe una “22” que instaló un cliente japonés que le pidió que lo asesorase. Improta enfatiza que han creado una jornada en Nápoles para vivir a experiencia de la pizza, porque su ciudad también es cultura “y nosotros nos hemos convertido en sus embajadores”.
El está a cargo de la organización que certifica los locales donde se hace la verdadera pizza napolitana, y que deben contar con la S de especialidad; la T de tradición y la G de garantía. Tiene inspectores que constatan si se están cumpliendo las reglas. De no ser así, le quitan la certificación. En Nueva York la tiene tan sólo Cozzolino y en Santiago se la darán al Brunapoli de Francesco Vannucci, quien cuenta también con una napolitano a cargo de su pizzería: Raffaelo Medaglia. Ahora, todos competirán en la final de Semplecente Pizza. (ANSA).